Características esenciales de un zapato compatible con plantillas

Un zapato para plantilla ortopédica se diferencia del zapato convencional en varios aspectos estructurales. Su diseño cuenta con mayor altura en todo el contorno: en los laterales, la puntera (parte delantera) y el contrafuerte (zona del talón). Además, tiene una mayor anchura tanto en la suela —la parte por donde pisamos— como en la entresuela, donde descansará la plantilla.
Todo esto permite que haya suficiente espacio para alojar correctamente la plantilla, sin provocar molestias ni compresiones. Gracias a esta profundidad y anchura adicional, el pie se adapta mejor y se asegura un uso más confortable durante todo el día.

Cómo elegir el modelo adecuado según el tipo de pie

El tipo de zapato ortopédico debe elegirse en función de la forma del pie y la dolencia que se desea tratar. No es lo mismo un pie ancho que uno delgado, ni un empeine alto que uno bajo. Además, la plantilla puede variar en grosor y forma según las necesidades del usuario: zonas más reforzadas, mayor volumen en el talón, arco más alto, etc.

Hoy en día, incluso el calzado de vestir sigue una tendencia hacia diseños más cómodos: con punteras amplias y elevadas, empeines altos, cordones o velcros. Por eso, un zapato adaptado para plantillas no desentona con los modelos actuales. Los fabricantes se esfuerzan en lograr un equilibrio entre funcionalidad y estética, sin perder de vista la comodidad como premisa principal.

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